Los cambios de estación son momentos sumamente delicados para nuestra salud, ya que estamos más expuestos y debemos estar más alertas a las señales que nos da nuestro cuerpo.
En otoño debemos reforzar nuestras defensas y ayudar a nuestro sistema inmune para afrontar con más vitalidad la llegada del frío invernal y evitar los típicos resfríos y gripes de otoño.
Nuestras defensas suelen bajar por el cambio de clima y presión atmosférica, pero también se ven afectadas por una dieta inadecuada, el exceso de medicamentos, el consumo de alcohol, el tabaco, e incluso, el estrés. El clima no lo podemos modificar, pero si podemos mejorar nuestros hábitos:
- Llevando una dieta equilibrada a base de frutas y verduras de estación: Consumir fruta y verdura orgánica de estación es mejor no solo porque es más rica y económica, si no que además nos aporta los nutrientes necesarios para cada estación. Por ejemplo, ahora en otoño ya es época de cítricos que elevan nuestras defensas mejorando nuestra inmunidad para prevenir gripes y resfríos.
- Aumentando el aporte de proteína a través de legumbres, cereales integrales, semillas y frutos secos.
- Eligiendo alimentos naturales, sin procesar, sin aditivos alimentarios.
- Incorporando alimentos antioxidantes altos en vitamina C: Camu camu, aguaymanto, té verde, acaí, bayas de goji, cúrcuma etc. O hierbas para reforzar nuestras defensas como la equinácea.
- Mejorando la diversidad de tu microbiota a través de bebidas y alimentos fermentados: kefir, kombucha, kimchi, quesos fermentados, yogur, etc. No solo aportan bacterias benéficas, si no que además contienen ácidos orgánicos que ayudan a crear un ambiente óptimo para el crecimiento de la microbiota.
-Favoreciendo una correcta depuración, asegurándonos que pasen al menos 12 horas entre la ultima comida del día y la primera del día siguiente. Además, evitando los irritantes hepáticos como el café procesado, fritos, alcohol, azúcares y harinas refinadas y alimentos ultraprocesados.
- Manteniéndonos activo: favorece la eliminación de toxinas, mejora la oxigenación de nuestro cuerpo, y favorece la reducción del estrés, llevando a un mejor equilibrio emocional. Sali a caminar, hace yoga, corre, anótate a una clase de funcional, baila, nada, ¡lo que más disfrutes!
- Descansando para mejorar tu energía física y mental. Para ello, cena liviano al menos 2 horas antes de acostarte. Por ejemplo, verduras crudas o cocidas, legumbres y cereales integrales. Y por último, asegúrate una correcta hidratación principalmente con agua, complementando con infusiones a base de hierbas para elevar tu temperatura corporal.
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